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Lo primordial el año pasado para los Cachorros de Chicago era ponerle fin de una buena vez a la “maldición de la Cabra” y lo lograron, pero ahora la meta es lograr romper una sequía de que un mismo equipo quede campeón de manera consecutiva. Algo que no sucede desde hace 16 temporadas, cuando los Yanquis de Nueva York consiguieron tres coronas al hilo (1998-1999-2000).
Los oseznos condenaron a sus similares desde el inicio de la campaña hasta levantar el trofeo. Fueron el único conjunto que superó las 100 victorias en la ronda regular, entre ambas ligas. Además resultaron ser de los 30 conjuntos, el que mejor efectividad colectiva mostró (3.15) y mantenerse lejos de los otros contendientes.
Si bien es cierto, que revalidar el título no es tarea sencilla, los dirigidos por Joe Maddon, cuentan con las mismas cartas para volver a atropellar a los rivales. Kris Bryant aparece como el mejor del equipo y quizás el más sobresaliente entre todos los jugadores del viejo circuito. Posiblemente su única deficiencia es la cantidad de veces que puede poncharse, pero lo recompensa con las veces que puede mandar las blancas pelotas a las gradas y el alto número de carreras impulsadas.
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